Hoy quiero dirigirme a ustedes como una colega, como alguien que alguna vez recorrió el mismo camino que ustedes transitan. Sé que la carrera de enfermería no es solo un desafío académico, sino también emocional, físico y espiritual. Implica sacrificios, noches largas de estudio y días llenos de prácticas, pero también la certeza de que están construyendo una labor que cambiará vidas.

A través de la Fundación Acuña, queremos recordarles que no están solos en este trayecto. Este es un espacio de apoyo, de unión y de acompañamiento para todos aquellos que se esfuerzan por convertirse en profesionales que marquen la diferencia en el mundo.

Como licenciada en enfermería y orgullosa egresada de la Universidad de Oriente, Núcleo Bolívar, entiendo los retos y las adversidades que enfrentan. Sin embargo, también quiero ser ejemplo de que con esfuerzo, dedicación y el apoyo correcto, es posible alcanzar nuestras metas. Estoy aquí para tenderles una mano, para motivarles a seguir adelante y para recordarles que su vocación es más fuerte que cualquier obstáculo.

Hace 7 años emigré a República Dominicana, y mi propósito siempre fue dejar muy en alto la formación académica que la Universidad de Oriente me brindó. Este tiempo ha sido de mucho crecimiento profesional y personal. He podido palpar cómo la enfermería necesita ser más valorada y que cada persona que la ejerza lo haga con el mayor de los compromisos. Dios me ha permitido transcurrir por todos los niveles del sector salud, con experiencias maravillosas.

Hoy llegó el momento de transmitir y ser parte del enriquecimiento de la generación de relevo; ustedes, que en algún momento tendrán la misma responsabilidad y de la cual estoy segura harán con el mismo compromiso de quienes en su momento me formaron en las mismas aulas que jamás quedarán vacías.

La enfermería no es solo una carrera, es una PROFESIÓN, un llamado, una forma de vida. Es el privilegio de cuidar, aliviar y acompañar a las personas en los momentos más vulnerables de sus vidas. Y ustedes, con cada paso que dan, son esperanza para quienes más lo necesitan. No desistan, no se rindan. La Fundación Acuña está aquí para ustedes, para apoyarlos y para recordarles que nunca están solos.